Fake news en la era digital

FAKE NEWS ¿DEBEMOS ESTAR ALERTA?

Detectar las fake news y evitarlas

Convivir con las fake news

En la era digital en la que vivimos, la inmediatez es uno de los elementos que más valoramos. Especialmente cuando somos usuarios de redes sociales y contenidos digitales. Esto ha provocado que la divulgación masiva de fake news se haya multiplicado en los últimos años. 

Por esto han nacido iniciativas para luchar contra las noticias falsas que pueden afectar de un modo u otro a los usuarios de Internet. Esta lucha va desde la mejora de los protocolos de control de las empresas propietarias de redes sociales, hasta formar y concienciar a las personas.  

¿Qué podemos identificar como fake news?

Cuando escuchamos el concepto fake news no debemos cometer el error de confundirlo con libertad de expresión y el derecho de información. Sin embargo, recordemos que el derecho a comunicar información veraz, aunque no requiere una exactitud absoluta de lo afirmado, si que exige una comprobación razonable de las fuentes de las que proviene.

En este contexto nos puede venir a la mente ejemplos como la manipulación de votantes a través de redes sociales para influir en unas elecciones.

Pero, también formas mucho más sencillas de tratar la información pueden considerarse una fake new. Por ejemplo, difundir falsedades sobre una persona, ya sea por redes sociales o aplicaciones de mensajería o emitir alertas falsas de ataques o atentados. 

Crear y difundir este tipo de información, o incluso aunque no la hayamos creado nosotros, pero lo compartamos, retuiteemos, comentemos, etc. conlleva consecuencias jurídicas que debemos conocer.  

Consecuencias jurídicas de las fakenews

En primer lugar, lo que debemos tener en cuenta es que las consecuencias de la difusión de noticias falsas no son debidas únicamente a la publicación de las mismas. También se deben a que la difusión conlleva la afectación de otros derechos, la vulneración de leyes y, por tanto, la posible comisión de delitos.  Por ejemplo:

  • Si nos inventamos informaciones falsas sobre una persona y las difundimos, esta vera afectada su tranquilidad, intimidad, honor, etc. y, por tanto, puede llegar a constituir un delito de injurias y calumnias.
  • Si nos inventamos una alerta de atentado, esto puede alterar el equilibrio social y puede suponer un delito de desórdenes públicos. 
  • Si no somos los principales difusores de la información, pero la movilizamos, retuiteamos, etc. somos promotores y realzamos la acción, por lo que también podría constituir un delito. 

Es importante entender que perturbar la tranquilidad de las personas puede considerarse delito. Y que lo que hacemos en redes sociales tiene consecuencias. Debemos comprender que hoy en día, es muy difícil que una acción, aunque se cometa de forma anónima, no se pueda acabar encontrado su origen. Incluso si la persona que difunde estas informaciones es menor de edad, esto puede tener consecuencias penales. 

Entender qué son las fake news y cuestionarse la veracidad de la información que nos llega y contrastarla es primordial ahora y en el futuro.